Las 10 medidas fundamentales para la eficiencia energética
1. Aislamiento El aislamiento térmico es la base de la eficiencia, una reforma integral en la finca sería lo más acertado, mejorando el exterior en lo relativo a los puentes térmicos, que es donde se producen mayores pérdidas de energía. Sin embargo, no siempre es posible poner de acuerdo a la comunidad de propietarios, por lo que las reformas se limitarían de puertas adentro, lo que afectaría a la superficie útil de la vivienda. Dependiendo de la fecha de construcción, en un piso convencional lo más eficiente sería cambiar las ventanas, optando por unos vidrios dobles con una cámara intermedia lo más ancha posible.
2. Fugas Una corriente de aire dentro de casa es indicadora de un mal aislamiento. Unos cerramientos óptimos minimizan el impacto de las fugas, por lo que es necesario que las ventanas estén bien selladas así como la caja de las persianas que son zona de pérdidas. Aunque optar por el doble acristalamiento es lo más eficaz, aunque más costoso economicamente
3. Orientación La ubicación geográfica de la vivienda en combinación con la orientación de la misma tienen su peso a la hora de medir la eficiencia energética. Las protecciones solares son fundamentales con la orientación sur en verano, mientras que en invierno, esta orientación significa calor gratis. En el norte habría que trabajar los aislamientos, mientras que las casas que miran al este y al oeste son muy problemáticas porque el sol suele ser perjudicial en verano y poco aprovechable en invierno. Cuando no es posible elegir la orientación, se juega con otros elementos: toldos, persianas, cortinas…
4. Exteriores Tener jardín también ayuda a rebajar el coste de los suministros. Plantar árboles de hoja caduca en casas con orientación sur proporciona sombra de forma natural en verano y permite la entrada de sol en invierno. En unifamiliares es más importante la protección paredes y techos.
5. Calefacción Energías como el carbón y el gasoil son obsoletas en términos de eficiencia, mientras que el gas natural supone la inversión más baja y un coste de consumo razonable, además de amortizarse entre tres y cinco años. Recurrir al gas natural es lo más habitual cuando no se pueden emplear renovables. La biomasa es algo más económica cuando se usa en urbanizaciones y barrios completos, mientras que la geotermia, aunque funciona bien, tiene un plazo de amortización muy largo. Las bombas de calor de alta eficiencia, por cada kilovatio que consumen produce cuatro de calor o de frío. Aunque lo más eficiente actualmente es la caldera de condensación de bajo consumo con un sistema de radiadores o suelo radiante de baja temperatura, mientras que la electricidad (efecto joule) es lo más ineficiente que hay.
6. Aire acondicionado Al igual que con la calefacción, hay que caminar hacia las energías renovables, pero más allá de la fuente de energía, la eficiencia también mejora con aspectos como el mantenimiento y el control del termostato. La eficiencia energética de las instalaciones la define su rendimiento, y depende tanto de la eficiencia del propio equipo como del mantenimiento y del uso. Para consumir menos, en invierno no hay que pasar de los 21 ºC y en verano no bajar de los 25 ºC.
7. Agua Aunque el agua no supone un gasto elevado para el bolsillo, hay que usarla con moderación. Los reductores de caudal, que son realmente baratos, se amortizan en tres meses y los perlizadores que mezclan agua con aire, dando la sensación de que hay el mismo agua, también invita a bajar la temperatura del agua de la caldera, lo que implica un doble ahorro. Estas medidas, al igual que los sistemas de descarga parcial en inodoros, están bastante extendidos, mientras que el aprovechamiento de aguas grises no ha calado tanto aún.
8. Reciclaje La separación de residuos está bastante asentada en España, pero la falta de espacio en la vivienda, detiene su expansión. Por otro lado, de nada sirve reciclar si luego cerca del edificio donde se vive no hay contenedores.
9. Electrodomésticos La evolución de los electrodomésticos en materia de eficiencia ha sido, sin duda, la más notable, existiendo una brecha enorme frente a las máquinas de años atrás. Cuando se tiene que comprar un frigorífico o una lavadora, la mayoría recurre directamente a los que tienen etiqueta A o superior, aunque haya que gastar un poco más.
10. Iluminación Hace tiempo que se prohibió la fabricación y venta de las bombillas incandescentes en pro de las de bajo consumo. La iluminación del futuro es la tecnología LED, y al precio al que está la electricidad, es una buena inversión. Como siempre, este extra a priori no deja ver al consumidor el largo plazo porque pensamos más en gasto inicial que el ahorro de consumo.
Fuente: pisos.com
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